Una catarata ocurre cuando el cristalino (el “lente” del ojo) se nubla, afectando la visión. La mayoría están relacionadas con el envejecimiento, muy comunes en las personas mayores, cuando llegan a los 80 años de edad, más de la mitad de las personas tienen o han tenido una operación de cataratas. Puede ocurrir en uno o en ambos ojos, no se transmite de un ojo al otro.
Las cataratas relacionadas con la edad se desarrollan de dos maneras:
1. Cuando las acumulaciones de proteína reducen la claridad de la imagen que llega a la retina. Cuando la catarata está pequeña, la opacidad afecta solamente una pequeña porción del cristalino. Las cataratas tienden a “crecer” lentamente, así que la visión se deteriora gradualmente. Con el tiempo, el área opaca del cristalino se puede agrandar aumentar su tamaño. La visión se dificulta, haciéndose más opaca o más borrosa.
2. Cuando el cristalino cambia lentamente a un color amarillento o marrón, añadiendo un tinte marrón a la visión. Este cambio gradual en la cantidad del tinte no afecta la claridad de la imagen transmitida a la retina. Si usted tiene una decoloración avanzada del cristalino, quizás no pueda identificar los tonos azulados y morados. Por ejemplo, usted puede creer que tiene puesto un par de calcetines negros y no se dará cuenta que son morados hasta que sus amigos se lo digan.
El riesgo de cataratas aumenta al envejecer. Otros factores de riesgo para las cataratas son:
Ciertas enfermedades (por ejemplo, la diabetes).
Comportamientos individuales (uso de tabaco o alcohol).
El medio ambiente (exposición prolongada a los rayos ultravioletas del sol).
Los síntomas más comunes son:
Visión borrosa u opaca.
Los colores lucen desteñidos.
Destello. Las luces de los automóviles, las lámparas o la luz del sol parecen muy brillantes. Una aureola puede aparecer alrededor de las luces.
No ve bien de noche.
Visión doble o imágenes múltiples en un ojo. (Este síntoma puede desaparecer cuando la catarata crece.)
Cambios frecuentes en la receta de sus anteojos o lentes de contacto.
Estos síntomas también pueden ser señales de otros problemas en los ojos. Si usted tiene cualquiera de estos síntomas, consulte al oftalmólogo.