Los ojos reflejan las emociones y, por eso, se dice que son el “espejo del alma”. Muchos científicos han llevado a cabo investigaciones con la intención de probar que las miradas esconden la clave de lo que sentimos las personas.
De acuerdo con Adam Anderson, neurólogo de la Universidad de Cornell, el grado de apertura de nuestros ojos también revela lo que estamos sintiendo.
Cuando nos sentimos sorprendidos, nuestros ojos se abren de par en par. De este modo, dejan entrar más luz y permiten que el campo visual sea más amplio.
Cuando estamos alegres también tendemos a abrir más los ojos; un estudio de Anderson prueba que los sentimientos de felicidad mejoran la visión periférica. Pero ¡Cuidado! En estados de felicidad desbordante, como el enamoramiento, por ejemplo, podemos “perder el foco”, tener más distracciones y aumentar, como consecuencia, el riesgo de sufrir accidentes.
Cuando estamos enfadados y preocupados, nuestros ojos se entrecierran para ayudarnos, de alguna manera, a focalizar el problema que ocupa nuestros pensamientos.
¿Amor o sexo? Todo está en los ojos
De acuerdo con un estudio de Stephanie Cacioppo, investigadora de la Universidad de Chicago, los ojos se mueven de una forma distinta cuando se siente amor que cuando se siente deseo.
Cuando sentimos amor, nos fijamos más en la cara de la persona
Cuando sentimos deseo, prestamos más atención a su cuerpo
Mensajes ocultos en el iris… y en las pupilas
Un psicólogo de la Universidad de Örebro (Suecia) llamado Mats Larsson sostiene que los patrones de iris reflejan la tendencia genética a tener una u otra personalidad.
Continuará…