PRK
La PRK, también conocida como queratectomía fotorrefractiva, es un tipo de cirugía refractiva que se utiliza para corregir problemas de visión como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Este procedimiento está diseñado para remodelar la córnea, que es la superficie transparente en forma de cúpula que cubre la parte frontal del ojo. Al remodelar la córnea, la PRK puede ayudar a mejorar la forma en que la luz entra en el ojo y se enfoca en la retina, lo que da como resultado una visión más clara.
Durante la PRK, se utiliza un láser para eliminar la capa externa de la córnea, denominada epitelio. Esto permite remodelar el tejido corneal subyacente con otro tipo de láser. El procedimiento completo suele durar entre 10 y 15 minutos por ojo y puede realizarse de forma ambulatoria.
Una de las ventajas de la PRK frente a otros tipos de cirugía refractiva, como el LASIK, es que puede utilizarse en pacientes con córneas más finas u otros factores que les impidan someterse al LASIK. Sin embargo, la PRK tiene un tiempo de recuperación más largo que el LASIK, ya que los pacientes pueden experimentar algunas molestias y visión borrosa durante varios días o incluso semanas después de la intervención.
En general, la PRK puede ser una forma eficaz de corregir los problemas de visión y mejorar la calidad de vida de muchos pacientes. Si está considerando este tipo de cirugía, es importante que hable con su oftalmólogo para determinar si es la opción adecuada para usted. Ellos pueden ayudarle a comprender los riesgos y beneficios de la PRK y guiarle a través del proceso de principio a fin.