El Instituto Mexicano de Oftalmología subraya la importancia de realizar controles médicos periódicos para detectar a tiempo posibles enfermedades oculares, entre las que destaca la catarata, considerada la principal causa de ceguera en la infancia. Esta condición ocular puede originar ambliopía, un trastorno que impide el desarrollo adecuado de la visión en los niños.
La catarata se refiere a la opacidad o pérdida progresiva de transparencia del cristalino, una estructura clave en el ojo humano que actúa como una lente natural. La causa de la catarata puede ser hereditaria o desarrollarse a raíz de infecciones, enfermedades metabólicas, traumatismos o anomalías en el desarrollo del ojo, entre otras razones.
En los países en desarrollo, la catarata es una de las principales causantes de la ceguera y de la pérdida de visión infantil, afectando a un alto número de niños en el mundo. Mientras que la ceguera es una patología frecuente en adultos debido al envejecimiento, en los niños es una condición anómala que debe ser tratada de manera urgente.
Por ello, es crucial identificar los síntomas y las causas, lo que subraya la relevancia de la contribución multidisciplinaria entre oftalmólogos y pediatras. Entre los síntomas que se distinguen con mayor frecuencia se encuentran los siguientes síntomas en los niños:
- Visión borrosa o nublada.
- Ojos con un reflejo blanquecino o grisáceo.
- Desviación ocular (estrabismo)
- Aumento de la sensibilidad a la luz (fotofobia).
- Pérdida de la capacidad para seguir objetos con los ojos.
Es primordial que los niños se sometan a evaluaciones oftalmológicas exhaustivas. En caso de que se requiera cirugía, es igualmente importante acompañar al paciente durante el proceso de recuperación, ya que la rehabilitación visual puede ser compleja.
La primera revisión oftalmológica de un niño saludable debe efectuarse en los primeros meses de vida. Para la segunda se recomienda a pastor de los seis meses, y para la tercera evaluación comenzando los 12 meses. Después de eso, los exámenes deben realizarse cada dos años hasta llegar al comienzo de la etapa escolar. A partir de este momento, se recomienda una revisión anual debido al aumento de la exposición a las pantallas electrónicas, que puede afectar la salud visual.
En el caso de los niños mayores y adolescentes que han alcanzado la madurez visual, el pronóstico suele ser más favorable que el de los niños pequeños, quienes son más propensos a desarrollar ambliopía.
Este trastorno visual, que afecta el desarrollo de la visión, se presenta principalmente hasta los cinco o seis años de edad, por lo que la clave del tratamiento es la intervención temprana. Para los niños nacidos con cataratas, se sugiere llevar a cabo una cirugía entre los dos y tres meses de edad.
En resumen, la catarata infantil es una condición ocular que de no detectarse a tiempo puede llevar a la ceguera. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, incluyendo cirugía y rehabilitación visual, son básicos para garantizar un buen pronóstico y un desarrollo visual saludable en los niños.
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